CóMO COMBATIR El MIEDO A SALIR A LA CALLE

“Si salgo a comprar me voy a contagiar … Si quedo con amigos puede que estén infectados....si me contagio me puedo morir”

“Es mucho más seguro y responsable quedarme en casa…Los demás no son conscientes de la gravedad… sólo hay que ver la televisión…”

 

Se acerca el momento de salir. En cambio, habrá personas que no quieran hacerlo. No a todo el mundo le va a producir la felicidad supuesta.

Es la consecuencia de haber estado confinado durante muchos días en un lugar limitado y con pocas posibilidades de movilidad. Tantos, que para algunos la situación se ha  transformado en cómoda y en el escenario habitual. Si le añadimos que el nivel de energía tiende a bajar por innecesaria, aumenta el riesgo de entrar en una especie de letargo, un caldo de cultivo propicio para que se geste miedo por lo que pueda ocurrir en caso de salir.

¿DUERMES PEOR DESDE QUE ESTAMOS AISLADOS?

 

    De todos los efectos posibles de esta experiencia de aislamiento,  el que sí suele ser una factor común  es la alteración de la actividad que se  supone más plácida, dormir. De hecho para muchas personas se ha transformado en algo estresante.

El confinamiento ha aumentado los casos de insomnio, hipersomnia, despertares frecuentes y pesadillas

Los trastornos del sueño no son una patología grave en sí misma, pero pueden tener serias implicaciones en la vida diaria: agotamiento físico, mental,  bajo rendimiento, sueño diurno, dificultad para cumplir con las obligaciones profesionales, tensiones familiares o sociales. Esto último cobra especial relevancia en estos momentos en los que la convivencia no es una elección.

  Y de repente, demasiadas horas juntos. Hemos alterado rutinas y se han limitado y condicionado nuestros espacios.  La realidad es que este confinamiento sobrevenido puede propiciar que reaccionemos negativamente con los que están cerca de nosotros, que nos asalten emociones muy intensas (enfadarse mucho...  entristecer profundamente..) y que nos comportemos de manera algo exagerada. Aunque quisiéramos hacerlo de otro modo, muchas veces se nos hace demasiado tarde.

Si nos centramos en la emoción del enfado, sabremos que hay un preciso instante en que parece que éste se “apodera” de nosotros y es cuando una especie de tormenta interior nos arrastra y decimos cosas inapropiadas. Cuando esto sucede, no sólo no se resuelve el conflicto sino que se añade más tensión y se daña la relación.

SI AMAS DEMASIADO NO AMAS

 

   La literatura, la música y el cine nos han mostrado el amor entregado y dependiente como el más grandioso de los amores. Ya lo decía Amaral…”Sin ti no soy nada”…haciendo gala de su  dependencia emocional e inmersa en un tipo de sentimiento que nada tiene que ver con el AMOR.

Hay personas que mantienen relaciones afectivas desequilibradas. Que viven el amor con una generosidad mal entendida.

El Optimismo exagerado puede ser dañino y contagioso

 

Este optimismo ingenuo tan de moda en la actualidad, muy poco tiene que ver con la Psicología Positiva. No hay día que no llegue a nosotros algún mensaje sobre la conveniencia de ser OPTIMISTA en la vida. Pero este  optimismo a ultranza puede ser muy arriesgado, dañino e incluso tóxico. No debemos confundirlo con tener ESPERANZA.