Y de repente, demasiadas horas juntos. Hemos alterado rutinas y se han limitado y condicionado nuestros espacios. La realidad es que este confinamiento sobrevenido puede propiciar que reaccionemos negativamente con los que están cerca de nosotros, que nos asalten emociones muy intensas (enfadarse mucho... entristecer profundamente..) y que nos comportemos de manera algo exagerada. Aunque quisiéramos hacerlo de otro modo, muchas veces se nos hace demasiado tarde.
Si nos centramos en la emoción del enfado, sabremos que hay un preciso instante en que parece que éste se “apodera” de nosotros y es cuando una especie de tormenta interior nos arrastra y decimos cosas inapropiadas. Cuando esto sucede, no sólo no se resuelve el conflicto sino que se añade más tensión y se daña la relación.
Se debe a que tenemos patrones emocionales anclados que se activan casi automáticamente. Ante determinados estímulos - personas o situaciones- nos convertimos en “prisioneros de nuestra química” – el llamado “secuestro amigdalino- y empezamos a sentir repentinamente que nos enganchamos a una respuesta de ira, tristeza, ansiedad, resignación…
¿SE PUEDEN ROMPER ESTAS RESPUESTAS AUTOMÁTICAS?
SÍ
SOLO TIENES QUE PARAR Y PENSAR. PERO RECUERDA: TIENES UN CUARTO DE SEGUNDO PARA CAMBIAR DE RUMBO.
El neurólogo Benjamin Libet, demostró en un experimento que la actividad cerebral inconsciente anterior a la toma de una decisión, comienza antes de que ésta sea consciente. Justo un cuarto de segundo antes. Y es un cuarto de segundo después, cuando la llevamos a cabo. (Referencia: Experimento de Benjamin Libet (1916/2007), neurólogo y científico pionero en el campo de la consciencia)
¿Para qué nos sirve saber esto? En realidad es una gran noticia: Si logras centrarte en ese instante que hay entre desear/pensar y hacer algo, podrás aprender a cambiar tus respuestas automáticas.
* CASO 1: Si eres padre o madre de hijos pequeños o adolescentes, es posible que llegue la hora pactada para dejar de jugar a la “Play” y empiece a estudiar, pero que a pesar de hebérselo recordado varias veces, no veas su intención de hacerlo. Llega un momento, el detonante, en el que se desencadena el temporal y puedes comenzar a gritar o amenazarle con castigarle 3 meses sin jugar - Por cierto, cuidado! llegamos a anunciar castigos tan grandes que son difícilmente viables. Recuerda anunciar sólo aquéllo de lo tengas la seguridad que es conveniente y posible cumplir.
Éste es el momento clave! Date la siguiente instrucción rápida:
“PARA !
Y PIENSA : “¿ESTA RESPUESTA ME ACERCA A MI OBJETIVO?”
Es fundamental tener claro cuál es el objetivo que pretendes. No por obvio, siempre lo tenemos bien definido. En este caso podría ser : "Quiero que mi hij@ estudie motivado, cumpla un horario y lo haga por propia voluntad".
Justo en este momento , retírate si lo ves necesario, respira profundamente y genera alternativas. Pregúntate: “Si como lo estoy haciendo, no funciona. ¿De qué otra manera puedo intentarlo? Al hacerte preguntas, desactivas tu parte irracional y activas la zona cerebral encargada de tomar decisiones lógicas y racionales. Te desbloqueas. Seguro que puedes negociarlo de algún modo…y si no se te ocurre nada, puede ser un buen momento para aprender estrategias de negociación con los hijos.
* Si, hablando con tu pareja acerca de algún asunto tenso, ves que estás a punto de gritarle o pronunciar palabras duras, visualiza una señal de STOP en tu mente y PIENSA qué puedes hacer para recuperar la serenidad. Tal vez sea mejor retirarte a otro espacio para respirar y a continuación, proponerle posponer la conversación para otro momento más oportuno. (Recuerda: las Técnicas Asertivas nos facilitan y enriquecen las relaciones)
Es muy importante que nuestras reacciones a los comportamientos de nuestros hijos, familiares o personas con las que estemos compartiendo nuestro tiempo, sean proporcionales a la situación concreta que se esté tratando. Y no al cansancio, aburrimiento, frustración o cúmulo de experiencias pasadas no resueltas.
Pero RECUERDA: TIENES MENOS DE 1 SEGUNDO. Si no, aparecerá la nube y te arrastrará el impulso.
Toma consciencia de tus “SEGUNDOS SALVADORES” y haz uso de ellos.